A vos que sos el maestro,
que conocés el mundo
antes de que se haga mundo.
A vos que sos el sanador
de las heridas,
auque seas fiel aliado
de la muerte.
A vos que siempre estás
y que nunca se te atrapa,
que corres
sin parar,
sin desplazarte,
siempre al paso,
pero siempre un paso adelante.
A vos que sos como se te ve
y que no se te puede ver.
Que nacés con cada uno
y que estás
para que cada uno pueda nacer.
A vos que regalas todo
y que todo tomás.
No se con qué más pagarte,
ya sos dueño de lo que tengo.
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